Dentro del Programa Cráter comisariado por Jaime y Manuela, hubo unas jornadas que reflexionaban entre las interferencias entre arte y magia, llamadas Ritual Ritual Ritual. Para ellas cree un taller que acercaba la idea de autoretrato a la profundización de uno mismo. Aquí el texto de sala:

El SELFIE es una de las costumbres inconscientes más absorbidas por nuestra cultura. En los últimos veinte años, la mayoría hemos desarrollado un diálogo constante con nuestra cara. Y de esa conversación, extraemos unos cuantos gestos que nos embellecen, que nos proyectan en el mundo. Incluso, en el último lustro sacamos ese gesto de contexto y lo fundimos con orejas de conejo, pecas pícaras o cuernos de diablo generados por CGI. Mientras más avanzamos en sus posibilidades estéticas de cara a fuera, más empobrecido está el proceso interno de “verse a uno mismo”. Como todo acto casi automático, nuestro viaje por el auto retrato está enormemente limitado e inmóvil. Tengo una respuesta fijada cuando voy a capturar mi imagen. Levanto las cejas y aprieto los morros. Y creo que ese soy yo. Algunas veces me he cruzado con un espejo en momentos de emotividad fuerte y no me he reconocido. ¿Quién es ese que llora? ¿Quién es ese que tiene placer? ¿Quién es ese que no está sujetando su gesto?

Es curioso que SELF sea el termino acuñado por Carl Gustav Jung para referirse a la parte más sagrada de nosotros mismos. El sabio interno e infinito que vive en el centro de nuestra esencia y nos conecta al todo. El poder transpersonal que le da sentido a nuestras existencias. Jung defendía que el SELF esconde tras las partes que no reconocemos de nosotros mismos. Cuando acepto todo lo que no creo ser y soy, percibo que realmente lo soy todo. Ahora vuelvo a mi gesto ante el smarthphone, apretando mis labios y subiendo mis cejas. ¡Que lejos me siento aquí de mi núcleo! Me pregunto ¿Podría usar la visión de mi que brinda el SELFIE para acceder a la percepción transpersonal del SELF? ¿Podría utilizar un momento fugaz de captura de mi imagen superficial para adentrarme en mis profundidades y verdades escondidas?

Wences Lamas propone un espacio de experimentación dentro de CRÁTER para reflexionar sobre estas cuestiones. Una costumbre inconsciente se vuelve ritual si simplemente nos dejamos habitarla con consciencia. Para este ritual se servirá de dinámicas corporales, el juego y la expresión artística aplicadas a dilatar nuestra auto percepción.