Soy hijo y nieto de funerarios y pintores por la rama paterna y de maestras y escritoras por la rama materna. En mis dos casas ha habido graves problemas con las enfermedades mentales, depresiones y adicciones y a la vez una gran vocación artística, creativa y curiosa para combatirlas.
Con 7 años llamaron del cole diciendo que en mis dibujos había mucha sangre. Benditos rotuladores rojos que tanto ayudaron a drenar mis heridas. Estudié bellas artes y desde los 19 años he trabajado en centenares de proyectos relacionados con la expresión: fui aprendiz de escenográfo, diseñador gráfico junior, editor de vídeo en prácticas, guionista diletante, realizador audiovisual amateur, músico primerizo, ilustrador emergente, pintor sin experiencia, performer por profesionalizar, artista novato.
He trabajado para marcas de motosierras y para galerías de arte, en teatros y en raves, eventos de empresa y fanzines, para la Casa Encendida y para los muñecos Barriguitas entre otros. En todos esos lugares fui componiendo una visión muy amplia sobre la palabra “expresión”, que me trajo grandes satisfacciones y grandes dolores y que se sintió coja y solo encontró su pilar maestro en el mundo de la terapia.
Me he formado como arteterapeuta gestalt, arquetipos espirituales, proceso corporal integrativo, performance ritual, sandplay y escritura para terapeutas. Diferentes lenguajes que ayudan a adentrarme en el idioma del silencio interno.
Sigo con una gran vocación de aprendizaje en mi trabajo híbrido entre la creación artística y la terapia, entre la expresión y el silencio interno.